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2 mar 2014

Lola

Me abro en canal otra vez con la necesidad de hablar del proceso vital que atravieso ahora mismo. Estoy viviendo el duelo por la pérdida de una hija, Lola, en la semana 12 de embarazo. Lola sólo tuvo vida durante 8 semanas, suficientes para comunicarse conmigo y susurrarme en sueños su nombre, para vivir juntas los paseos mientras la lluvia y el viento acariciaban mi cuerpo, para gozar de la paz debajo de la ducha habitándonos mutuamente, para hablarnos y escucharnos mientras esperábamos a mirarnos. Vivimos juntas momentos muy dulces y muy agrios, el miedo ante la fragilidad, el miedo ante tu muerte me mantuvo en una burbuja de esperanza y desazón. Yo supe cuando te marchaste, cuando tu corazón dejó de latir, lo sabía y no lo quise aceptar, seguí nutriéndote, seguí intentando que volvieses a la vida, a estar conmigo, con tu padre y con todo los demás animales que pudiste sentir con nosotros. Esos animales que te cuidaron, que me cuidaron, que nos cuidaron y que nos siguen cuidando, cuidándome e cuidándote. Dejaste parte de tu cuerpo físico con nosotros, tu placenta habitará la tierra. Lola, habitas en nosotros, y nosotros habitamos en ti. Gracias por el tiempo compartido.

Día 6: sangrando
  


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