La historia de éstas zapatillas es que tienen un hueco para cada dedo del pie, además de cumplir con el concepto de zapatillas minimalistas, en las que la suela es muy fina, y la estructura general hace que se adapten perfectamente a tu pie. Como es un concepto nuevo para mí, del que he leído mucho, pero que estoy probando desde hace dos días, prefiero remitiros a varios enlaces sobre éste concepto, zapatillas minimalistas, zami (que ofrece con solo registrarte una guía para correr minimalista), ventajas de correr con zapatillas minimalistas, zapatillas minimalistas vs zapatillas amortiguadas (entrada de uno de los blogs que más leo últimamente, cualquiera puede hacerlo).
Yo no tengo aún una técnica de carrena al llevar tan pocos días de entrenamiento, así que decidí saltarme el periodo de adaptación necesario para quienes tienen una técnica establecida, y salí a correr con ellas hoy, después de estar todo el día de ayer con ellas, para pasear, comprar, conducir... La experiencia fue maravillosa, sentir lo que estaba pisando me resultó muy agradable y también notar todos los dedos y usarlos para correr fue muy placentero. Mi ritmo era suave, no por las nuevas sensaciones, más bien porque estaba lloviendo, porque había mucha niebla y sobre todo porque estoy en el tercer día de mi ciclo menstrual (menstruando). Y una quiere hacer deporte teniéndose en cuenta a ella misma como mujer, así que fui al ritmo de respirar sin ninguna dificultad (mi ritmo habitual es respirar sin llegar a jadear). Yendo de ésta manera estuve pendiente de mi postura, primero tratando de ir recta (ésto supone un esfuerzo para mí, puesto que el tono muscular de mi faja abdominal está muy bajo), segundo tratando de separar los pies (mi tendencia es separarlos mucho menos que el ancho de mis caderas por lo que me resulta inestable para correr), y tercero, tratando de emular el modo de correr que muestra éste vídeo. Esto último fue lo más complicado de hacer y lo que memás emociones me generó.
El resumen en números de la carrera de hoy fue que corrí 2,5 km a una velocidad de 4,64 km/h.
El resumen en sensaciones (el importante para mí) fue que sentí mucha libertad, que mi pisada era más suave y firme, que era capaz de ir al ritmo que yo quisiera y que el suelo está vivo, que tiene formas y texturas que mis pies pueden apreciar y a las que se pueden adaptar perfectamente.
Animo a cualquiera que me lea a que salga a correr, si eres mujer, aprovecha en tu fase preovulatoria para probar a correr, es una auténtica gozada, y si te enganchas a ésto de correr, baja el ritmo o si quieres no hagas nada en la fase premenstrual y en los primeros días de la menstrual.
Mmmm, puesto que lo que acabo de escribir sobre las fases menstruales tiene su origen en haber hecho las (primeras) sesiónes de profundización del ciclo menstrual de Camino Rúbí, os animo a hacer la 3ª edición (que abrió ayer el plazo de inscripción), para que así podaís teneros en cuenta y que la vida os resulte algo más sencilla. Ahhh, también tengo que decir que una de las primeras recomendaciones de las sesiones era echarle un ojo al libro "Nacidos para correr", de Christopher Macdougall, que para mí marcó un antes y un después en el tema de plantearme correr como un ejercicio apto para mí.
Creo que por hoy ya escribí suficiente, ahora me toca relajar el cuerpo un poco antes de dormir.
Día 3 de mi ciclo: fase menstrual
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