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29 abr 2014

Mojo

Muchas veces escuché aquello de que una no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Pues yo sabía lo que tenía, sabía que mi relación con Mojo era de lo mejor que tenía en ésta vida. Puedo tener muchas creencias, sentir que sigue conmigo, que está en otro plano o cualquier otra idea similar. En la práctica, no está, no vive conmigo por mucho que viva en mi corazón, no compartimos momentos por mucho que esté siempre conmigo, no habrá más besos de Mojo que me hinchen los labios por la alergia, no me pedirá que le lleve a comer su comida, ni tampoco que le abra para que pueda salir, no escucharé su ronroneo al acariciarlo o simplemente con mirarlo... Son muchas las situaciones cotidianas que ya volverán a ser entre Mojo y yo, muchas vivencias nuevas que ya no compartiré con él, y ésto duele, duele profundamente.

Al poco de que muriede, una amiga común, con la que ya no teníamos relación, me escribió por el whatsapp y resuena en mi corazón sus palabras, que voy a escribir aquí, ya que fueron muy importantes para mi, en esos momentos en los que la muerte de Mojo, por ser un gato, no le importó a casi nadie de mi entorno. Y ella, desde la distancia, me dijo ésto: "... gracias por haberme regalado la oportunidad de formar una pequeña parte de vuestra bella historia de amor!!"

Mojo llenó mi corazón y el de quien tuvo la oportunidad de conocerlo, hizo mucho bien. Era el mejor gato del mundo.

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